La festividad en honor a esta advocación se remonta al año 1726, extendida por S.S. Benedicto XIII, quien recoge la narración bíblica que se entreteje Elías, el Carmelo y María. Es por el Monte Carmelo, donde deviene el nombre a esta advocación mariana, pues desde muy antiguo habitaron los ermitaños carmelitas este lugar hermoso y en el cual dieron culto a la Madre de Dios; gracias a una acción del profeta Elías por medio de una nubecilla que como figura bíblica a ella representó.
A ella, a Santa María, tal cual la celebraban en la alta edad media, los ermitaños del Monte Carmelo levantaron una capilla a finales del s. XII en su honor y desde entonces se fue formando una sola, la doble idea: María-Carmelo. Luego, al pasar los siglos comenzó una persecución contra los carmelitas y el General de la Orden, San Simón Stock, acudió a la Santa Señora para que los asistiese con su protección y auxilio maternal. Apareciéndose la Virgen, acompañada de una multitud de ángeles, llevando en sus manos el escapulario le dijo: “Este será privilegio para ti y todos los carmelitas, quien muriese con él no perecerá en el fuego eterno”. Desde ese momento comienza María a obrar prodigios por medio del sacramental escapulario y a propagarse por todo el mundo.
Hoy, la fiesta del Carmen, en muchos lugares del mundo es considerada de precepto y de gran valor. Se le profesa una devoción tierna y noble manifestando la acción maravillosa de María sobre el mundo, con su mediación universal disipadora de las gracias divinas con el Santo Escapulario.
Nuestro pueblo zuliano con amor le celebra el 16 de julio. La Costa Oriental, La Cañada de Urdaneta, Maracaibo y sobre todo la Región de el Moján expresan su fe y se consagran a su patrocinio cantando con júbilo las alegrías a la “Estrella del Mar” que alumbra su caminar a Jesús.
“¡Madre, Virgencita! Bendice a nuestros Pueblos”
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