12 de febrero de 2010

LA LIMOSNA



Durante el año que transcurre en la Iglesia vamos recorriendo un camino muy interesante que nos introduce en los misterios de Cristo salvador, lo llamamos año litúrgico, el cual está dividido por tiempos en los cuales celebramos hechos concretos de la vida de Jesús y de nuestra historia de salvación. La cuaresma es uno de esos tiempos. Pensar en la cuaresma a veces nos preocupa porque lo vemos como un tiempo de tristeza, restricciones, sacrificios, ayunos, etc. muchas veces olvidamos la transformación que puede hacer en nosotros esos cuarenta días vividos a plenitud en el desierto personal.
¿Qué es en realidad la cuaresma y que nos ofrece?
Es la gran oportunidad del hombre que busca el camino verdadero. Es la oferta de Dios para los que buscamos la conversión.
La palabra Conversión va muy unida al término griego metanoia, que significa más allá de la mente, pero lo utilizamos también para hacer referencia al cambio de mentalidad. Eso es precisamente lo que debe suceder en el cristiano en este tiempo tan significativo. Para que el pecado desaparezca de nuestras vidas debe producirse un cambio en nuestras mentes de tal manera que veamos de una forma diferente y con nuevos ojos la vida que hemos recibido gratuitamente, para que abandonemos nuestros mantos limosneros como Bartimeo el ciego y sigamos a Jesús como verdaderos discípulos para obtener de él todo lo que necesitamos (Mc 10, 46 – 52)
En el tiempo de la cuaresma la Iglesia nos ofrece prácticas muy concretas que son instrumentos necesarios en el camino de transformación, de encuentro con Dios y con nuestros hermanos, entre ellas podemos nombrar la oración, el ayuno y la limosna.
En este artículo quiero referirme a la limosna.
La palabra griega «eleemosyne» proviene de «éleos», que quiere decir compasión y misericordia; inicialmente indicaba la actitud del hombre misericordioso y, luego, todas las obras de caridad hacia los necesitados.
La limosna es una práctica que nos ayuda en muchos aspectos de nuestras vidas, por ejemplo, cuando experimentamos apego a las cosas materiales, especialmente al dinero. Nos ayuda a alcanzar en nosotros liberación, desprendimiento y principalmente actitudes de caridad hacia los hermanos, siempre y cuando no demos lo que nos sobra, lo que no utilizamos, sino, incluso lo que necesitamos.

autor: Pbro. José gregorio Pineda
AUN ABRAZO Y MI BENDICIÓN

2 comentarios:

ARCENDO dijo...

Todos sus post, están llenos de enseñanzas. GRACIAS POR ELLO.
UNA FELIZ Y SANTA CUARESMA. saludos.

ARCENDO dijo...

FELIZ PASCUA 2010. saludos.