9 de mayo de 2010

El Espíritu Santo en Ain-Karim


COMPARTO CON USTEDES UN ARTÍCULO QUE ME ENVIO UNA DISCÍPULA DE JESÚS

A lo largo de nuestra vida cristiana, vemos como el Espíritu Santo se manifiesta de manera muy especial en las personas humildes de corazón. En el capítulo primero del evangelio de San Lucas, lo observamos en Zacarías, sacerdote anciano; su esposa Isabel, anciana y estéril; su hijo Juan el Bautista, en quien se cumplirán las palabras del salmo 139 y María de Nazaret, joven y virgen, quien se convertiría en la Madre del Mesías.
En la localidad de Ain-Karim, a unos 6 u 8 kilómetros al oeste de Jerusalén, María y su prima Isabel se encuentran; María va en ayuda de Isabel quien en su condición de anciana embarazada, requiere de especiales cuidados. Este no fue un encuentro cualquiera entre dos parientes. Fue un encuentro lleno del Espíritu Santo; un encuentro profético ungido por Dios. Dado que en la anunciación el Ángel deja en claro que para Dios nada es imposible, podemos decir, que la visitación es un complemento de ella. En este encuentro el Espíritu Santo, no solo movió los corazones humildes de estas dos mujeres a reconocer la presencia de un Dios que viene a liberarnos; ya que Isabel llena del Espíritu Santo, es introducida en el misterio de la venida del Mesías; sino que se derramo con grandes frutos, como el servicio, el amor, la alegría y la paz (Ga 5,22).Puesto que en María como en su prima actúa el Espíritu Santo, que las ilumina e inspira, a una, a reconocerse como la esclava del Señor; y a la otra a reconocerse “nada” para recibir a la Madre del Señor; es decir, que en humildad, develan la majestad de aquel portentoso momento que cada una desde su realidad espiritual estaban experimentando, como personajes importantes en la historia de la salvación de la humanidad. María e Isabel, dos mujeres valientes dignas de imitar en nuestra vida de conversión. María e Isabel dos madres ejemplares que nunca desfallecieron en la fe. María e Isabel modelos a seguir en el cumplimiento de la voluntad del Padre. María e Isabel mujeres llenas del Espíritu Santo.
Señor Dios Padre Todopoderoso, permite que nuestras vidas sean un Ain-Karim, para que en ellas se den las manifestaciones de tu Santo Espíritu. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Olimpia de Parra

1 comentario:

ARCENDO dijo...

Que ese Espíritu en el convencimiento de que nada es imposible nos acompañe siempre. SALUDOS.