3 de mayo de 2011

EMAÚS...UN CAMINO POR RECORRER


· CON NOSOTROS ESTÁ Y NO LO CONOCEMOS.

Hoy muchos hombres no conocen a Dios porque se han exaltado a sí mismos como dioses, otros porque están envueltos en sufrimientos y necesidades que los ciegan, otros porque no han fortalecido su fe y se hace poca para descubrir al resucitado.
El hecho es que el Señor camina con nosotros pero para muchos es un perfecto desconocido, otro caminante que nos aconseja pero no trasciende nuestras vidas, ¿será que hay muchas confusiones en nosotros, no estamos seguros de la presencia del Mesías?
¡Con nosotros está y no lo conocemos! Quizá estamos demasiado apurados o entretenidos en nuestras cosas y no nos da tiempo ver al Señor en cada detalle de la vida, por ejemplo en la bendición de nuestros padres cuando en la mañana salimos a estudiar, a trabajar o a buscar trabajo; en los amigos con los que compartimos la vida porque nos apoyamos, reímos y lloramos juntos; en el niño que sonríe siempre para nosotros o en los cantan como los del coro que hoy nos acompañan, muchas gracias y que Jesús los bendiga siempre; en el amor de los esposos que luchan por mantenerse fieles, los hermanos que ayudan a llevar la carga de la familia y aún en la enfermedad y la dificultad porque el nos sostiene, vivimos corriendo y nos perdemos de todo esto…

· ¿NO ARDÍA NUESTRO CORAZÓN MIENTRAS NOS EXPLICABA LAS ESCRITURAS?

¿Es posible que un cristiano serio viva sin leer la Biblia? Leer la Biblia es hablar con Dios, y a través de ella él nos explica la historia, nuestra historia, para que se convierta en historia de salvación.
A través de las sagradas Escrituras iremos entendiendo y aceptado la razón de nuestro existir, allí Dios nos habla, nos da respuestas y descubrimos el9 inmenso amor que nos tiene, muy concretamente en la entrega de su Hijo por nosotros, así dice el pregón pascual que cantamos el sábado de gloria:
¡Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros!¡Qué incomparable ternura y caridad!¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!
Jesús les explicó a los discípulos que iban hacia Emaús las Escrituras, y ellos fueron entendiendo el sentido de su muerte y resurrección, sus corazones ardían por el fuego que el Señor depositaba en ellos, y porque su fe iba aumentando. Cuando leemos la Biblia, Jesús sale a nuestro encuentro para conversar con nosotros, para consolarnos y animarnos, él aumenta la fe de los creyentes que lo buscan sin cesar. Hermanos que la biblia pase de ser un libro muy bonito de adorno a nuestro libro de cabecera y consulta diaria, para que descubriendo a Jesús allí le digamos ¡Quédate con nosotros Señor!

· LO RECONOCIERON AL PARTIR EL PAN

El momento culmen del encuentro de estos discípulos con Jesús fue al partir el Pan. Lo invitaron a su casa para compartir con él una comida común y Jesús se dio por completo a ellos celebrando la Eucaristía y dejando la prueba de su resurrección, impulsándolos a contar a todos lo que habían visto.
Cada vez que celebramos la Eucaristía, celebramos al Señor Resucitado que parte para nosotros el Pan para aumentar nuestra fe en él y fortalecernos para continuar nuestro camino, pero al mismo tiempo para compartir el pan con nuestros hermanos, es decir que la Eucaristía es solidaridad con el otro.
La Eucaristía es el centro de nuestra fe y la vida de la Iglesia, es el alimento por excelencia y la fuerza de los cristianos, en ella nos reunimos para alabar y bendecir al Señor, para compartir y alegrarnos con lo hermanos, y sentirnos enviados por él para contar a todos de su amor y misericordia.
Hermanos que la Eucaristía sea para nosotros el momento central de nuestras vidas y de nuestra fe, para que cada vez que la celebremos reconozcamos al Señor en el Pan y en los hermanos.
Que hoy en esta Eucaristía arda nuestro corazón con su palabra y su presencia sea reconfortante para todos. Amén
Lc 24, 13—35

1 comentario:

Unknown dijo...

Siempre tan cercano al hablarnos. Gracias Padre.